El principal impacto de la televisión es un efecto sutil,
acumulado e insidioso, especialmente durante los años en donde los niños son
más susceptibles a su influencia. La exposición a estos medios los provee de
mensajes referidos a lo que significa estar “en la onda”, ser “hombre” o
“mujer”, o lo que es estar “dentro” de la sociedad.
Los niños comienzan a creer que las representaciones de la
televisión reflejan la manera en la cual los adultos reales se comportan en el
mundo real.
La publicidad puede ser una fuerza extremadamente potente ya
que, abusando del limitado análisis y raciocinio del niño y su natural
credibilidad, promueven en éste la intención de beber y fumar
La publicidad impresa también es muy efectiva. Los anuncios
asocian típicamente el vino, la cerveza y los licores con fiestas, el cigarro,
diversión y sexo entre adultos jóvenes activos y muy atractivos.
Como resultado, la televisión funciona como una especie de
“superamigo”. Cuando se hace ver que el beber y fumar son un comportamiento
normativo, los adolescentes de seguro beberán y fumaran.
Los niños también pueden ser educados para comprender mejor
y poder resistir los mensajes presentes en los medios de comunicación diseñados
para influenciarlos.
En tanto que la sociedad culpa a los adolescentes, son los
adultos quienes controlan los medios de comunicación, producen publicidades y
dirigen las agencias gubernamentales regulatorias, legislativas y de
cumplimientos de la ley.
Estamos asistiendo a un descenso paulatino en el nivel de
exigencia, a un conformismo nada positivo, desde el punto de vista cultural y
formativo, para niños y adolescentes.
Las cadenas de televisión deberían competir en la emisión de
programas de calidad para ganar audiencia y abandonar la táctica de
contraprogramación subcultural en la que se han instalado. La salud mental de
los televidentes, sobre todo la de los más jóvenes, saldría muy beneficiada.
El adolescente se encuentra en especial riesgo de caer en el
alcoholismo, puesto que siente que carece de ciertos atributos que el alcohol
le brinda, tales como:
- · Seguridad,
- · Sociabilidad,
- · Espontaneidad,
- · Desinhibición,
- · Autoestima.
Conclusión general
Hoy podemos afirmar que gran parte de la sociedad (en
especial los adolescentes) se ve gravemente influenciada por los medios de
comunicación, que incitan al consumo masivo de alcohol y tabaco. Para lograr
esto, las publicidades presentan una visión errónea de la realidad, relacionándola
con las bebidas alcohólicas y el tabaquismo.
Por consiguiente, muchos adolescentes se encuentran
atrapados en una conducta en parte condicionada por los “supuestos” efectos
producidos por esta droga legal que cada vez, desgraciadamente, tiene más
adeptos.
La única manera de disminuir el impacto negativo de las
publicidades en los jóvenes es que en cada familia se tomen las siguientes
precauciones:
- · Seleccionar los programas cuando los niños son pequeños y hacerlo conjuntamente cuando son mayores
- · Recordar que es indispensable dosificar el tiempo de visión
- · Los niños menores de 2 años no han de ver la televisión
- · No sacrificar por la televisión la realización de otras actividades
- · Hacer comentarios y críticas sobre los programas
- · Alertar a los hijos sobre los efectos de la publicidad
- · No dejar a los niños solos frente al televisor
- · No encender la televisión durante las comidas
- · Recordar que el abuso televisivo tiene influencia sobre el rendimiento escolar
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